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viernes, 28 de noviembre de 2014

Artículo: ¿Estamos perdiendo a Michael Jackson de nuevo? / Article: Are we losing to Michael Jackson again?



Por Elizabeth Amisu

29 de agosto de 2014

El trabajo de Michael Jackson está en serio peligro. Sus palabras, su música y los cortometrajes que realizó. Él era ciertamente el autor de todo su trabajo. Desde sus actuaciones en directo (y el modo en que se mostraban ante la cámara) a su vestuario, apariencia y su mensaje de amor y esperanza. También era el artífice de sus batallas y nos hizo partícipes de ellas. La lucha de cada persona, los oprimidos, los condenados al ostracismo, los maltratados. No tenía por qué hacerlo. Pero lo hizo y fue ciertamente una hermosa obra.


Desde
“Ben” hasta “Cry” creó un complejo canon que ahora está en peligro. Los cortometrajes que creó meticulosamente están siendo re-apropiados y fragmentados, extraídos de su contexto original ante nuestros propios ojos, su activismo y protesta por la grave situación del medio ambiente, o de los pobres y enfermos, o “los niños sin voz”, se están perdiendo ya entre la muchedumbre. Y apenas han pasado cinco años desde que se marchó.

Nosotros, los soñadores, los pensadores, los académicos y los visionarios, a quienes nos debería importar Michael Jackson, estamos en peligro de perder de vista que él era exactamente un autor, director, compositor y poeta. Especialmente el modo en que canalizaba sus experiencias personales y su genuino amor por la gente en arte y obras benéficas. Eso se está convirtiendo con mucha frecuencia en el bonus extra cuando debería ser el punto principal.

¿Hemos olvidado ya que Michael Jackson era mucho más que su lucrativa marca mundial? ¿Hemos convertido a un activista y humanitario como lo eran Mandela y Lennon en una marca como McDonalds y Starbucks? O estamos en camino de hacerlo rebajando sus contribuciones y saturando el mercado con mixes y lanzamientos que no tienen ni el peso ni el significado del mensaje de Michael Jackson.

Como un buen vino, la obra de Jackson fue preservada en una forma casi intemporal. Nunca tendremos que imaginar ni preguntar a otros cómo giraba o se deslizaba. Él envasó sabiamente esas actuaciones y siempre con un mensaje que podríamos usar para ser mejores, para vivir mejor. Nunca tendremos que preguntarle qué pensaba o cómo se sentía porque también lo inmortalizó en sus álbumes, cortometrajes, entrevistas y canciones.

Pero si no nos tomamos el tiempo de preservar una gran obra como la de Michael Jackson, probablemente la perderemos. Como dice la canción,
“el tiempo no espera a nadie” y el tiempo tiene un modo asombroso de ignorar tanto lo peor como lo mejor.

Algunos intentarán y ya han intentado reescribir la historia, incluso cuando Michael Jackson la estaba haciendo. Rebajan y devalúan su contribución como uno de los artistas más increíbles de nuestra era. Él simboliza lo mejor en nosotros, así como su maltrato simboliza lo peor en nosotros también. Todo lo que nos queda es que los que hacemos arte y escribimos discursos, no debemos dejar que el verdadero Michael Jackson se pierda otra vez. Esta es nuestra responsabilidad. Nosotros somos los verdaderos guardianes y debemos encontrar nuestro propio y único modo de preservar la verdad de su obra para futuras generaciones.

Sólo hay un puñado (aproximadamente 10) de libros publicados bien documentados centrados en la impactante obra que Jackson creó durante su vida. No había ninguno digno de mención antes de su muerte, a pesar de que “Thriller" ya cumplió 25 años en 2007.

Asombrosamente, pocos de esos que ahora existen (5) han sido publicados masivamente, lo que significa que sólo los fans y académicos tenaces y decididos pueden obtenerlos. Al otro lado de la balanza descansan miles de docudramas tabloides y artículos en cientos de idiomas basados firmemente en mentiras.

La obra de Jackson; su
“regalo para nosotros”, debe ser tratada como un canon artístico. Cualquier académico digno de su nombre les dirá que ese canon debe ser tratado con consideración; no manipulado y puro. Igualmente, debemos ser cuidadosos en no exaltar “Thriller” sobre “Invincible” u olvidar “Stranger in Moscow” al elogiar “Billie Jean”.

Si no encontramos la forma de preservar y admirar la gran obra de Jackson, así como la verdad y los sentimientos detrás de ella, seguramente morirá.

Todavía podemos perder el regalo que nos fue entregado.

Elizabeth Amisu.

Posgraduada en Literatura Inglesa Moderna en King College, Londres. Su intención es atraer la atención hacia Michael Jackson como artista creando un modelo académico para el estudio de su obra.


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